Copa Confederaciones: Las dos metamorfosis de "Felipao" Scolari
El entrenador de 63 años mantiene el poder de convertir a un grupo desacreditado en un equipo candidato al título
Belo Horizonte (Brasil). (dpa).- "¿Qué andas poniendo en tu mate?", le preguntó un reportero a Luiz Felipe Scolari, en una alusión al buen humor que luce el seleccionador brasileño desde el inicio de la disputa de la Copa Confederaciones Brasil 2013.
En su primer paso por el comando de la "verdeamarela", Scolari solía
adoptar en sus contactos con la prensa un estilo autoritario y en
ocasiones sarcástico, lo que le valió el apodo de "Sargentao"
(sargento).
El nuevo estilo personal no es la única "metamorfosis" de Scolari. La otra es la sorprendente campaña de Brasil en la Copa Confederaciones, que alcanzó su mejor momento este miércoles, en la victoria por 2-1 sobre Uruguay que llevó el equipo a la final del torneo.
Para los analistas, ello demuestra que, once años después de comandar
la campaña del "pentacampeonato" en el Mundial de Corea/Japón 2002, el
entrenador de 63 años mantiene el poder de convertir a un grupo de
jugadores desacreditado en un equipo temible y en candidato al título en
el Mundial de Brasil 2014.
En sólo cuatro semanas, Scolari
convirtió al grupo de 23 jugadores, que se presentó el 27 de mayo
pasado en un equipo con base y estilo de juego definidos, y que recuerda
a la "Familia Scolari" creada por el técnico durante la campaña del
"pentacampeonato" de 2002.
El buen ambiente en el grupo
comandado por Scolari es destacado por todos los jugadores del equipo,
que no cesan de expresar su gratitud al entrenador, que los apoya en
todos los momentos y los defiende de las críticas, ya sean de la prensa o
de la hinchada.
Así fue con Neymar, quien inició el Mundial
fustigado por sus mediocres desempeños con la camiseta amarilla, que
llevaron varios analistas a cuestionar su lugar cautivo como titular del
ataque brasileño.
"Neymar es un ídolo. El país debería
proteger a sus ídolos", disparó el entrenador, días antes de que el
jugador anotara el primer gol de Brasil en la victoria por 3-0 sobre
Japón en el debut y empezara a confirmarse como la máxima estrella del
equipo.
"Si no fuera por 'Felipao' yo no estaría aquí", dijo el
portero Julio César, otro jugador cuestionado que respondió a las
críticas este miércoles, al defender el tiro penal de Diego Forlán en el
choque con Uruguay.
Según el delantero Fred, Scolari es "muy compañero" de sus pupilos: "Él nos abraza a todos, nos cuida a todos".
"Él me tranquiliza en los momentos difíciles. Cuando ves que hay gente
que quiere ayudarte a evolucionar, haces todo por demostrar que tienen
la razón", agregó el artillero, quien reveló así el "secreto" de Scolari
para sacar lo mejor de sus pupilos.
La legión de críticos de
Scolari disminuyó considerablemente en los últimos años, pero sigue
habiendo voces que le reprochan haber renunciado al famoso "jogo bonito"
de Brasil y orientar a sus jugadores a recurrir incluso a faltas para
frenar los avances del adversario.
"Hace mucho que Brasil
abandonó el 'jogo bonito'. Hoy pega fuerte, y lo hace como sistema
táctico", expresó el capitán del equipo uruguayo, el zaguero Diego
Lugano.
"Felipao" admite que fortalecer el sistema defensivo es
su principal objetivo con miras al Mundial del próximo año:
"Necesitamos una disciplina táctica que muchas veces no hemos
demostrado".
Los resultados obtenidos hasta ahora en la Copa
Confederaciones parecen confirmar el acierto de esta opción: Brasil ganó
todos los duelos librados hasta ahora -con Japón, México, Italia y
Uruguay-, en los que anotó en total once goles y sufrió solamente tres.
La nueva "Familia Scolari" enfrentará su prueba más dura el año que
viene, cuando se verá si el "equipo en formación" que vino de menos a
más en la Copa Confederaciones habrá evolucionado lo suficiente para
enfrentar a las grandes potencias del fútbol mundial.
"Felipao"
confía en el éxito, y afirma que sólo aceptó volver al comando de la
"seleçao" porque quiere ser el único entrenador brasileño en haber
conquistado dos títulos mundiales.
Según el técnico, al menos
uno de sus objetivos para la Copa Confederaciones ha sido alcanzado: el
crear un ambiente de unión entre los jugadores, lo que, a su juicio, fue
fundamental para la victoria en Corea/Japón.
"En 2002, hemos
formado un grupo que hasta hoy mantiene una amistad tan fuerte que
sabemos que seguirá por el resto de nuestras vidas. Este es un grupo de
jóvenes que realmente quieren algo más. Espero que en el futuro este
grupo también pueda vivir por muchos años como un grupo", afirmó.
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